El cangrejo Yeti
Este cangrejo peludo y albino fue descubierto por el Instituto de Investigación Acuática de California hace tres años en el Pacífico, cerca de la Isla de Pascua. El cangrejo habita a 2.300 metros de profundidad, donde existen fluidos que resultan tóxicos para otras especies. Sus pinzas peludas contienen una bacteria filamentosa cuya función aún no está clara. Algunos científicos cree que puede servir al animal para evitar que se intoxique con el veneno de los minerales.
Dragones del mar
Es un pez marino perteneciente a la familia Syngnathidae, la que incluye al caballito de mar. Es originario de las costas sur y oeste de Australia.
Estas criaturas intentan, como muchos otros animales, pasar inadvertidas. Su cuerpo parece estar formado por algas, hojas y ramas, brindándole un peculiar aspecto que le permite mimetizarse para evitar a los depredadores y sobrevivir. A pesar de ello, es una especie que se encuentra en peligro de extinción por la mala obra del ser humano.
Arothron meleagris
El Arothron meleagris es una especie de peces de la familia Tetraodontidae en el orden de los Tetraodontiformes. Muchos piensan que este pez retiene líquidos cuando se hincha, pero en realidad lo que aplica es la defensa personal. Este pez del Océano Pacífico puede alcanzar los cincuenta centímetros de longitud cuando se expande como un globo. Es muy vistoso y uno de los ejemplares más curiosos de la fauna acuática.
Cymothoa exigua
Cymothoa exigua, también llamado “el come lenguas” es un animal muy extraño al que le encanta vivir dentro de la boca de otro pez. Es un piojo parasitario que trabaja arduamente para atrofiar, desintegrar y destruir, por completo, la lengua de su anfitrión y su sustituirla por sí mismo. Si, esta es una criatura realmente rara digna de investigación, que en vez de artrópodo, siempre quiso ser lengua.
El Chauliodus
Chauliodus es el nombre de un género de peces abisales pertenecientes a la familia Stomiidae que alcanzan tamaños de entre 30 y 60 cm de longitud.
Como otros peces abisales, los peces del género Chauliodus utilizan órganos bioluminescentes (fotóforos) , localizadas en el vientre y en el final de una aleta para atraer presas y después cazarlas en las profundidades del océano, dónde la luz solar no penetra.
Tiene una pinta terrible, y no es para menos, ya que es uno de los mayores depredadores de su hábitat.