Es bien sabido que desde hace algunas décadas el sistema escolarizado en México cuenta con una modalidad de doble turno: el matutino y el vespertino.

Esta modalidad es aplicada en diferentes países y fue adoptada como una estrategia para ampliar el acceso universal a la educación básica.

Anteriormente, esta modalidad era vista de manera diferente. Se asociaba con la situación en la que por la tarde los estudiantes eran de menores recursos económicos, así como su puntaje académico también era bajo. Ahora, con el tiempo, ese paradigma se ha modificado, sobretodo por el estilo de vida y necesidades que tenemos cada uno de nosotros al momento de realizar nuestros estudios.

La modalidad de doble turno se ha extendido en todos los niveles educativos, incluso en la universidad, donde la dinámica suele ser indistinta, es decir, normalmente son los mismos maestros quienes atienden a los alumnos en ambos turnos. En la actualidad, ya no está mal visto que un estudiante aproveche el turno vespertino para estudiar, sin importar las razones por las cuáles deba hacerlo.

Lo importante, en estos tiempos, es aprovechar los beneficios de poder utilizar el tiempo de manera eficiente. Los casos por las cuales ahora muchos estudiantes se van para el turno de la tarde son variados, desde el tener que desempeñar un trabajo en las mañanas, hasta hacerse cargo del hogar, cuidar a familiares y hacer otras actividades que, a veces, solo se permiten durante las mañanas.

Es bueno saber ahora que, gracias al doble turno en las escuelas, la apertura educativa es más amplia e igual de competitiva. La calidad de enseñanza está al mismo nivel para ambos turnos y todo es cuestión de saber acoplarse y organizarse para elegir uno u otro turno.

Así que ya lo sabes, en la actualidad no importa el turno que elijas para estudiar, solo importa el empeño que des al momento de aprender.